Ropa de Jil Sander

Si actualmente tenemos una noción de simplicidad y minimalismo heredada de los años noventa, se la debemos en gran parte al trabajo impecable de Jil Sander. La casa tomó su tiempo para ganarse al mundo de la moda, surgiendo en un ambiente que todavía exigía exceso y espectáculo. Heidemarie Jiline Sander lanzó su firma epónimo al final de los sesenta, presentando su primer desfile en París en 1975. Para la gente de la moda, a la marca se le recriminaba la falta de excesos que se veían en otros desfiles.

Sin embargo, con el desvanecimiento de las tendencias maximalistas y el giro de las casas de moda hacia propuestas de ropa ponible a diario, la consistencia de Jiline se convirtió en el sello personal que la guió mientras se deconstruía la ropa de mujer en la moda. Los años noventa disfrutaron de la naturalidad y sencillez del imaginario de Jil Sander, convirtiéndose en algunas de las campañas de moda más conocidas hasta la fecha.

Actualmente, Lucie y Luke Meier han convertido a la marca en otro espacio sagrado dentro de cada temporada, donde la simplicidad reconceptualizada se explora en ropa de diario con arte y sensibilidad modernas. Las siluetas adornan más que subrayan el cuerpo femenino, y los conjuntos estructurados se edifican de forma arquitectónica y casi escultural.

Jil Sander ropa en Ottodisanpietro mujer

Nuestra propia oferta de Jil Sander ropa mujer juega con su idea de clásicos relajados e imaginación artística. Hay un aire de intelectualidad e investigación dentro de su ropa, que representa a la mujer que experimenta el mundo desde su admiración racional e intelectual del arte y la moda. La mujer de la firma es curiosa y sosegada, misteriosa y con un aire de saber global.

Desde bolsos a zapatos a ropa, la limpieza y sencillez de la casa se disfruta explorando contornos, patrones y texturas a la vez que mantienen una atmósfera arraigada en el presente. La firma está a medio camino entre la realidad y el Olimpo de la curiosidad.